Tomamos el barco Emerald Princess, cabina handicapped con balcón. La habitación es estupenda, amplia, baño perfecto, balcon grande que permite estar afuera y disfrutar del paisaje. Todas las instalaciones del barco son accesibles, salvo las piscinas.El personal es extraordinariamente amable y ayudador.
La dinámica del crucero es:cada mañana te bajas en un puerto diferente y recorres a tu ritmo el lugar. Hay toures del barco que son masivos y caros, hay taxis y buses de turismo " hop on hop off" en todos los puertos. Los buses tenen wifi gratuito ( el del barco es muy caro) y hay que esperar que aparezca uno con una mal llamada rampa pero que a empujones te suben ! Así puedes recorrer a tu gusto pero debes volver al barco a la hora estipulada, el barco no te espera.
Algunos consejos de las ciudades que visitamos:
Tallin está al lado del puerto, caminable, pero el casco histórico esta en un cerro e imposible de recorrer en silla: toma un taxi.
San Petersburgo: si no tomas guía, planea antes que recorrer, hay taxis en el puerto.Si no caminas, imposible recorrer el Neva en bote. El Hermitage tiene un solo acceso por atrás con una plataforma elevadora cuya llave tardó como 1 hora en aparecer y que a la salida ya no funcionaba y me bajaron como bulto un par de amables y fornidos rusos Dentro del museo hay un acensor minúsculo que pasa lleno. Tiene un buen baño para discapacitados con bastante espera.
Helsinski, Estocolmo Oslo y Copenhagen se recorren bien, muchas calles son con adoquines pero bien tenidas. Encontrar baños adaptados no es fácil, pero los locales de cadenas americanas muchas veces resuelven el problema.
Como experiencia de viaje con silla de ruedas el crucero es muy buena. Puedes hacerlo a tu ritmo, no cargas con maletas todos los días y siempre hay personas para ayudar. En tierra es igual que cualesquier lugar, con las facilidades y dificultades propias.